¡SU LUCHA ES LA DE TODOS!
El pasado 5 de mayo la clase trabajadora y el pueblo griego volvieron a paralizar completamente el país contra el brutal plan de ajuste de la Unión Europea y el FMI, aplicado por el gobierno “socialista” del PASOK. Era la cuarta huelga general desde que el pasado diciembre se desencadenó la crisis de la deuda griega. Marchas multitudinarias recorrieron Atenas y todas las ciudades griegas. Decenas de miles de manifestantes cercaron y atacaron el parlamento griego, la gran institución de la democracia burguesa, convertido en cámara de sometimiento a los dictados de las grandes potencias de la Unión Europea. Los choques con la policía fueron generalizados. Una nueva convocatoria de huelga general está en marcha para el 20 de mayo.
“Quieren convertirnos en pobres”
El plan de ajuste es draconiano: recortes de empleo público; reducción del 25% del salario a los empleados públicos; bajada de las pensiones en un 20%; aumento de la edad de jubilación; grandes recortes en los servicios públicos; graves retrocesos en los derechos laborales, como la abolición de los convenios colectivos y la liberalización y abaratamiento de los despidos; fortísima subida de impuestos (el IVA sube del 19 al 23% y la gasolina, el alcohol y el tabaco un 10%, mientras rebajan impuestos a los empresarios); privatizaciones de todo lo que queda por privatizar.
Los trabajadores griegos han definido con precisión el objetivo del plan: “quieren convertirnos en pobres”, “devolvernos a los años 50”. Es un plan para desangrar salvajemente al pueblo griego con el fin de que los banqueros alemanes, franceses y griegos y otros buitres financieros sigan enriqueciéndose con el gran negocio de la deuda pública. Para ello, han convertido a Grecia en un protectorado económico sin soberanía nacional.
La UE al borde del abismo
La crisis griega y su efecto “contagio” ha sido el detonante de una crisis general que ha colocado a la zona euro y a la UE al borde mismo del abismo y amenazaba con una nueva crisis financiera mundial, todavía más devastadora que la que se desencadenó tras la quiebra de Leman Brothers en 2008. En un intento de salvamento a la desesperada, la UE ha aprobado un macroplan europeo de “rescate”, dotado de 750.000 millones de euros, destinado a préstamos de emergencia a los países del euro en riesgo de suspensión de pagos. El FMI (donde EEUU tiene la voz cantante) se hará cargo de la tercera parte de estos fondos. Han acordado también que el Banco Central Europeo compre deuda pública y privada de los países en peligro y mantenga todas las facilidades de crédito a los bancos. Al mismo tiempo, los gobiernos de Alemania y Francia han impuesto un estricto sistema de control que, al estilo de Grecia, transforma a los países “periféricos” en verdaderos protectorados económicos.
La clave del plan de salvamento de la UE no es otra que imponer un retroceso histórico a la clase trabajadora europea. Por eso han establecido condiciones drásticas para pertenecer a la eurozona y a la UE y medidas draconianas para acceder a los fondos de “rescate”, según el modelo griego. Indigna escuchar que son préstamos para “ayudar a Grecia”, cuando el pueblo trabajador griego no va a ver un solo euro de esa “ayuda” sino, por el contrario, sólo penalidades y sufrimientos.
Grecia preanuncia los planes de ajuste para toda Europa, comenzando por países más débiles como Portugal, el Estado español, Irlanda o Italia. Los gobiernos español y portugués ya han anunciado un drástico paquete de endurecimiento de sus planes de choque. Estos planes están llamados, además, a ir a más, porque el retroceso económico que provocan acaba generando más déficit público y más deuda… hasta que el país, desangrado y exhausto, no pueda pagar y se vea obligado a declarar la suspensión de pagos
¡Fuera la UE! ¡Por una Europa de los trabajadores y los pueblos!
Grecia ha dejado en evidencia que no hay salida dentro de la UE ni en el marco del respeto a las bases del capitalismo. La UE se ha mostrado como la expresión descarnada de la Europa del Capital y como un engendro antidemocrático irreformable. La agudeza de la crisis griega, la catástrofe que representa para el pueblo griego, sólo puede enfrentarse si se declara el no reconocimiento de la deuda, si rompe con el euro y con la UE y si se toman medidas drásticas y urgentes para reorganizar la economía al servicio de la gran mayoría: expropiando a la banca, nacionalizando las empresas estratégicas, repartiendo el trabajo, estableciendo el monopolio del comercio exterior y buscando la solidaridad de clase de los trabajadores europeos, en la lucha común por una Europa de los trabajadores y de los pueblos, por unos Estados Unidos Socialistas de Europa.
“Todos somos trabajadores griegos”
El conflicto griego es la primera gran prueba de fuerza entre el capital financiero y la clase trabajadora europea, que ha tenido la fortuna de que esta primera gran prueba se desarrolle en Grecia, el país con la clase trabajadora más combativa del continente y donde la burocracia sindical encuentra más dificultades para controlar a un movimiento obrero en cuya base hay un importante peso de la izquierda clasista y combativa.
Los trabajadores griegos son un ejemplo magnífico de combatividad y valentía para toda la clase obrera europea. Ellos marcan el camino a seguir y merecen, como la parte más avanzada que son, la más amplia solidaridad de clase. Todos tenemos que responder a la llamada de los trabajadores griegos: “Pueblos de Europa, levantaos”. La lucha de Grecia es la nuestra, la de todos. Apoyar a Grecia y unir fuerzas contra los planes de ajuste es la gran tarea de los trabajadores.
Organizar la resistencia común a escala europea
Diferentes organizaciones sindicales europeas han firmado un manifiesto titulado “Todos somos trabajadores griegos”, en el que afirman: “Para salvar su sistema capitalista, los empresarios y los accionistas se han organizado internacionalmente: el movimiento sindical debe actuar atravesando fronteras para imponer otro sistema diferente (…) Esperamos avanzar en la instauración de una red sindical alternativa en Europa, abierta a todas las fuerzas que quieren luchar contra el capitalismo y el liberalismo. ¡Desarrollemos y coordinemos las luchas sociales y construyamos la resistencia común a nivel europeo! Frente a la crisis la huelga general es necesaria. ¡Nosotros la queremos construir!”
Apoyar con todas nuestras fuerzas y dar pasos prácticos en este camino es el compromiso de las organizaciones europeas de la Liga Internacional de Trabajadores-Cuarta Internacional (LITci), empeñadas en la lucha por construir una nueva dirección política y sindical de los trabajadores europeos, imprescindible para avanzar hacia el derrocamiento de la burguesía y el establecimiento del socialismo, basado en la democracia obrera.