PARTIDO DE LOS TRABAJADORES (PT)
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Izquierda luguista trata de salvar la ropa a Fernando Lugo
¿La culpa es sólo de Filizzola y Machado?
Las últimas represiones, apresamientos y persecuciones que impulsó el gobierno de Lugo-PLRA en contra de las protestas de la Federación Nacional Campesina (FNC), y otras organizaciones sindicales y campesinas y sectores indígenas, suscitaron una justificada repercusión e indignación en diversos sectores de la sociedad, sobre todo en el ámbito de las organizaciones sociales, de DDHH y la izquierda en general. Muchos activistas, ante el impacto de la afrenta, comenzaron a cuestionar legítimamente su confianza en el que la izquierda luguista insiste en llamar “el gobierno del cambio”.
Las izquierdas oficialistas, sin excepción, se manifestaron contra la brutalidad de la represión y concentraron sus ataques en la figura del Ministro del Interior, Rafael Filizzola, en el Crio. Gral. Viviano Machado, Comandante de la Policía Nacional, o en el Ministerio Público, cuya figura más irritante es la fiscala de San Pedro, Lilian Ruiz. Sin dudas, todos estos personajes son enemigos del pueblo y tienen un alto grado de responsabilidad en la ejecución en las represiones y la política de criminalización de las luchas sociales.
La izquierda oficialista se “olvidó” de Lugo
No obstante, la izquierda luguista comete un “olvido”, nada menor, al no criticar ni responsabilizar por estos hechos nefastos a Fernando Lugo y a su gobierno de conjunto. El pretender pasar la idea de que estos altos funcionarios actúen por su cuenta, con total libertad e independencia o que sus acciones no sean conocidas o no estén enmarcadas dentro de una política global proveniente del gobierno central encabezado por Lugo es, como mínimo, una subestimación a la inteligencia y al mismo sentido común de cualquier persona con nociones mínimas sobre el funcionamiento de los asuntos políticos.
El objetivo de esta política es, claramente, quitar la responsabilidad por las represiones a un presidente al que apoyan.
Lugo perfecciona el aparato represivo
La reaparición de las luchas campesinas, con ocupaciones de tierra y cortes de ruta, coincidieron con la llegada al poder del gobierno de Lugo-PLRA. La crisis económica y la ruina del campesinado pobre, tras años de aplicación desde los gobiernos de una política pro-imperialista basada en el monocultivo de la soja, la ganadería y el agronegocio son el coctel explosivo que comienza a detonar parcialmente.
Ante estas luchas, el gobierno de Lugo, que responde a los intereses capitalistas y terratenientes, ha tratado de oponer la política de “la zanahoria y el garrote” donde, por un lado trata de engañar y aletargar a las masas campesinas con un fantasmagórico plan de reforma agraria para el 2023 vía la Coordinadora Ejecutiva para la Reforma Agraria (CEPRA) y, por otro, reprime sin piedad cualquier tipo de lucha real.
En honor a los hechos, en la política de Lugo hay más de garrote que de zanahoria. Desde los cientos de detenidos e imputados en Alto Paraná, donde hubo incluso dirigentes asesinados, pasando por la militarización de San Pedro a inicios de año, la represión a indígenas hasta lo reciente contra la FNC y el apresamiento del dirigente sindical Eduardo Ojeda, el gobierno de Lugo-PLRA no ha dudado en usar la fuerza del aparato represivo del Estado burgués que administra en contra la lucha de los pobres.
Su discurso ante el Congreso, el pasado 1 de Julio, es muy claro en este sentido: “Los logros del Ministerio del Interior también han sido notables (…) en el programa de inversiones en la adquisición de rodados, equipamientos y tecnologías, se realizó un gasto superior a todo lo invertido en los últimos cinco años, solo en el presente ejercicio. Además, se equipará por primera vez a la Policía Aérea con un grupo de helicópteros para agilizar las tareas de control y persecución”.
Esto lo dijo Fernando Lugo con sus propios labios, no fue Filizzola, ni Machado, ni Lilian Ruiz. Invirtió más en la Policía Nacional que el mismísimo Nicanor Duarte, no en alivianar la ola de inseguridad, como tratan de hacer creer, ni mucho menos en perseguir a los detentores de tierras malhabidas o a Montanaro, Víctor Bernal o a los Paiva, sino en perfeccionar el aparato represivo en contra del pueblo.
El responsable es el gobierno de Lugo-PLRA
Los recientes hechos deben servir al conjunto de la izquierda y al movimiento social-campesino a sacar las lecciones necesarias. Desde el Partido de los Trabajadores (PT) instamos a todas las organizaciones sociales y políticas de izquierda a que dejen de tener expectativas y rompan con el gobierno de Lugo. El enemigo es la clase explotadora con su gobierno y Estado de conjunto, al decir de Marx “una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa”.
La izquierda no debe quedarse a medio camino. No debemos solamente denunciar a ciertos funcionarios, por más sabida y alta sea su responsabilidad. La tarea de la izquierda no es vender falsas ilusiones al pueblo, sino alertarlo y ponerlo en pie de lucha diciéndole la verdad. Ésa verdad es que el responsable de estas represiones y la política de criminalización es el gobierno de Lugo-PLRA como un todo. Es a Fernando Lugo a quien debemos hacer oposición por la izquierda y exigir que destituya a Rafael Filizzola y a Viviano Machado, un ex torturador stronista.
La tarea del momento es, insistimos, mantener la independencia política de nuestra clase para hacer oposición al gobierno represor y a la derecha tradicional. Debemos luchar en forma unitaria en torno a un programa mínimo que contenga la exigencia de la inmediata libertad de todos los campesinos detenidos y al cése inmediato de la criminalización y la represión a las luchas sociales.
Comité Ejecutivo del PT
Asunción, 10 de julio de 2009
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