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jueves, 11 de septiembre de 2008
CARTA DEL COMPAÑERO FIDEL A RANDY ALONSO, DIRECTOR DEL PROGRAMA INFORMATIVO “MESA REDONDA”
FIDEL CASTRO
Querido Randy:
La Mesa Redonda de ayer fue especialmente interesante y muy valiosa la información. Es una lástima que a esa hora la isla entera estuviese sin electricidad, desde la Punta de Maisí hasta el Cabo de San Antonio. Solo algunas casas familiares, que resisten fuertes vientos, del Reparto “Camilo Cienfuegos”, tenían luz. Allí llegaba el cable soterrado conectado con el grupo electrógeno del Hospital “Luis Díaz Soto”.
Cuando esa vital energía de nuestra época está ausente, todo falta y nada funciona. Nos hace añorar el día en que todas las viviendas capaces de resistir huracanes, de las que hablé hace unos días, reciban electricidad por vía soterrada. Desgraciadamente, eso llevará tiempo y grandes gastos.
Por un segundo imaginé qué habría sido de los habitantes de nuestra isla ante un desastre natural como el que acaba de ocurrir, sin la Defensa Civil y los puntos vitales de servicios a la población, como hospitales, policlínicos, panaderías, centros de información y otras actividades similares, no hubiesen dispuesto de energía eléctrica.
Las imágenes de hogares e instalaciones destruidas, las cosechas arruinadas, los árboles derribados, los ríos desbordados, las casas invadidas por las aguas en territorios llanos, personas arrastradas por la fuerza de las corrientes rápidas de agua y salvadas con desesperados esfuerzos, eran desoladoras. Pienso que deberían retransmitirse en el futuro algunas de ellas para que los que tenían sus televisores apagados las puedan presenciar.
No debieran olvidarse nunca las escenas de los hombres de las Fuerzas Armadas y sus tropas especializadas llevando a cabo misiones de ayuda y de apoyo a la población y a las víctimas. Impresionaban las acciones del Cuerpo de Bomberos arriesgando la vida, en peligrosas corrientes de agua, para ayudar a sus compatriotas.
Hace falta entrenamiento riguroso y valentía para cumplir esas tareas. Solo en circunstancias excepcionales se conoce que esos hombres existen y se preparan en silencio para los momentos críticos. Confieso que fueron emocionantes las escenas en que José Ramón Machado Ventura y Ramón Espinosa Martín, Primer Vicepresidente del Consejo de Estado y Jefe del Ejército Oriental, respectivamente, curtidos por la lucha, junto a compañeros más jóvenes, presidentes de los Consejos de Defensa, visitaban sin descanso los lugares más golpeados e indicaban de inmediato las medidas a tomar. Otro tanto ocurría con otros altos dirigentes del Partido, junto a Joaquín Quinta Solá, ex Jefe del Ejército Central y actual Viceministro de las FAR y Leopoldo Cintra Frías, Jefe del Ejército Occidental, y los presidentes de los Consejos de Defensa en provincias y municipios visitados.
Vi con más claridad que nunca el valor de los símbolos. Las banderas cubanas brillaban como nunca antes sobre los hombros de los cuadros del Partido, fuesen mujeres u hombres, en la hora de la prueba difícil. Son los factores subjetivos sin los cuales todo estaría perdido y sin los cuales no sería posible la victoria.
El trabajo de los reporteros que no dormían ni descansaban, desafiando a veces lluvias y vientos, ha sido excelente, informando al país de los acontecimientos, transmitiendo verdades, ejemplos y experiencias que nos hacen sentir que somos parte de una comunidad nacional intervinculada con todos los habitantes del planeta. Los pueblos nos hacen llegar sus mensajes de solidaridad, aunque gran parte sufre de la pobreza y los azotes de la naturaleza que las sociedades de consumo y sus tecnologías sofisticadas están conduciendo a un punto incompatible con la propia supervivencia humana.
Vendrá ahora el análisis de los factores objetivos, el uso racional y óptimo de los recursos materiales y humanos; qué debe hacerse en cada lugar concreto, dónde debe o no invertirse; qué hacer con cada centavo; responder a cada pregunta de lo que debe hacerse en situaciones de emergencia y en circunstancias de normalidad en que todo vuelve a su cauce, agua y aire, y la vida normal de niños, adolescentes y adultos sigue adelante, preparados siempre para luchar y vencer sin desanimarnos jamás ante las adversidades de hoy o de mañana.
¡Nuestro deber es vencer!