martes, 28 de octubre de 2008

LUGO Y BUSH, COMPAÑEROS DE TRABAJO




José Rojas

Mientras Fernando Lugo asegura que con Bush se puede trabajar; en su país, en Paraguay hasta el momento no encuentra el camino para iniciar eso mismo que propuso al presidente mas impopular de la historia norteamericana.

Alto Paraná, hasta el momento espera al menos un gesto de Lugo en el proceso de transformación que hasta el momento sigue en pie por la gestión y esfuerzo de sus protagonistas directos. En el mismo instante que este artículo se está componiendo sucedían acontecimientos que podrían marcar el rumbo de sus actores. En Brasilia, un grupo de miembros de la dirigencia política alto paranaense realiza nuevos esfuerzos para darle vida al proyecto que permitirá sobrevivir al comercio local que aporta al fisco un millón de dólares americanos por día. Sería bueno que eso se lo soplen a Lugo.

El otro acontecimiento es la “cumbre” Bush-Lugo, y sus consecuencias todos sabemos, no vale la pena comentarlo, pero vale un botón para destacar que el yanqui quedará sin trabajo en menos de un mes.

Definitivamente Lugo no encuentra el rumbo; está perdido entre los pasillos del poder. Para el presidente Lugo los recovecos del centenario Palacio de López son todos iguales y lo conducen a lo mismo, y lo peor confía en gente que está en las mismas que el.

El décimo departamento está a la deriva y el poder central lo entenderá cuando Dionicio Borda busque –y no encuentre- en las arcas el dinero que el comercio, la soja o el trigo aportan. Es probable que entonces Lugo llamará a Bush para solicitarle el apoyo de trabajo que pactó con el.

Los cien días se están yendo y no asoma el hilo de la madeja que en cinco años deberá desatar. Reforma Agraria, Itaipú, transformación del comercio en Ciudad del Este, brasiguayos, los indocumentados. Son solo algunos ítems que hasta el momento solo conocen de advertencias de Rafael Filizzola. En tanto, Lugo negocia trabajo con el presidente que se está yendo del poder y directo a las páginas más sangrientas de la historia del mundo.

La calle tiene su opinión; comentarios sin responsables pero cargada de verdad basadas en hechos que protagonizan a diario quienes las transitan, gente sin nombre ni edad, pero con el mismo sufrimiento porque unos militares armados hasta los dientes les declaró la guerra solo porque quieren trabajar y como primer castigo no les dejan pasar el puente que les permita comer un día mas.

Esa gente que a diario realiza el mismo derrotero ya sabe que existe vacío en el poder, que el inquilino del Palacio de López no está ahora porque fue a proponer trabajo a Bush. También esa misma gente sabe que ese vacío es peligroso y concluye que de esta manera no hay futuro para ellos, ni para Lugo.

En tanto Lugo propone trabajar con George Bush, el presidente que solo puede proponer trabajo a las grandes industrias de armas; proponer trabajo a los soldados que se preparan para matar… o es que Lugo quiere, armarse como su amigo Hugo Chávez, ¿para enfrentar a quien?