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jueves, 24 de noviembre de 2011

CARTA ABIERTA A FERNANDO LUGO. Por Chester Swann

cheswann@gmail.com
To:FERNANDO LUGO MENDEZ


Carta ciudadana desde el Paraguay al presidente Fernando Armindo Lugo Méndez


Luque, Paraguay, octubre 27 2011

Estimado ciudadano Presidente:

Hace tiempo deseaba comunicarme con Ud. prescindiendo de formalidades y ceremonias inútiles como instrumento para sordos; pero es casi imposible a causa de la terrible, onerosa e inepta burocracia que lo rodea —llámese “primer anillo” o boa constrictora, que para el caso da lo mismo—, de sus constantes (e inútiles) viajes a cualquier parte, pagados por nosotros los contribuyentes y alguna que otra “cumbre” sin encumbrados que lo ocupe.

Por ello, hago llegar a Ud. estas líneas en la esperanza de que recapacite y cumpla la palabra empeñada al pueblo paraguayo que —con más bronca que alegría— desplazó a un gobierno impresentable que buscaba (y sigue buscando) perpetuarse por los siglos de los siglos ¿amén?

Ud. solía comentar, durante la campaña electoral, acerca de unos adolescentes que le rogaron que no mienta al pueblo, y cuando lo escuché a Ud. daba la impresión de transfigurarse hasta el divino éxtasis. ¿Recuerda? ¡Si hasta parecía un profeta iluminado!

Bueno, si lo olvidó, será conveniente refrescarle la memoria.

Yo, en mi calidad de ciudadano independiente, pensante y a título personal, decidí apoyar su postulación. No por ser Ud. obispo, católico y cristiano, que las cosas ésas me resbalan y prefiero el racionalismo a las supersticiones, sino por otras razones más patrióticas.

Lo apoyé porque Ud. escuchaba con atención (o simulaba hacerlo) a quienes exponían los problemas sociales… y porque deseaba el fin de la hegemonía colorada. Nada más. También por haber conocido personalmente a su tío Epifanio Méndez (en 1953, creo) y conocedor de la integridad de alguien que fue músico, poeta e intelectual honesto, calculé que Ud. no deshonraría su límpida trayectoria que lo llevó a morir exiliado por sus convicciones.

Por eso lo apoyé, casi desde las sombras y hasta hice amigos en su movimiento Tekojoja donde colaboré en lo poco que pude aportar en las mesas de trabajo y análisis de la problemática social.

Tal vez me equivoqué entonces, pero lo hice de buena fe.

Ahora, tras más de dos años y centenares de desaciertos y fracasos, intento llamarle la atención para recordarle sus propuestas de cambio. Creo que debiera Ud. ver y oír lo grabado y filmado en sus recorridas por el país y los Ñemonguetáguazu en los que recogió y aglutinó esperanzas que ahora van diluyéndose aceleradamente como rocío al sol veraniego.

Creo que aún tiene tiempo de rever y repensar sus actitudes. Creo que le queda algún tiempo para deshacerse de esos lastres que lleva encima —incluidos ciertos personajes que Ud. cree colaboradores, pero que colaboran para perjudicar su ya desgastada imagen—, de los escombros colorados de la función pública, que aún no se fueron del todo y siguen corrompiendo lo que resta del saco y la rapiña de gobiernos anteriores. Y Ud. sabe a quiénes me refiero. Lo sabe perfectamente, e incluso siguen ahí a pesar nuestro, repitiendo los viejos vicios de la pérfida politiquería criolla.

Este país ―al que no creo enamorado del infortunio―, no se merece más de lo mismo o peor aún. Este país merece estímulos y alicientes, seguridad jurídica ética y progreso cultural e intelectual.

¿Qué les está dando u ofreciendo Ud. a mis compatriotas, que también son los suyos?

Es evidente que los problemas lo están rebasando y Ud. no comprende aún en que trampa está metido con sus amigos masones (no me consta que Ud. lo sea, pero su hermano Pompeyo sí lo es: pero igual Ud. se comporta como si lo fuera) con quienes ha compartido farras y travesuras y ahora gozan de altos e ineptos cargos digitados más poir simpatía que por talento.

Ud. sabe, o debería saber, que para la gente común es Ud. quien tiene el timón del país y el poder, aunque no fuese absoluto.

Todos esperan más firmeza y decisión de su parte. No defraude a sus electores que le confiaron sus esperanzas; ni a los niños que necesitan salud y educación que les permita ser buenos ciudadanos. No defraude a quienes esperan que derrote a la corrupción y a los traidores que vendieron el país y su futuro por las treinta monedas, permitiendo empresas depredadoras como Monsanto, Río Tinto-Alcan, Barrick Gold y los señores feudales de la soja.

No permita Ud. que la historia lo describa como a un corrupto más de los que pasaron sin pena ni gloria por el trono de los López. O peor aun, que lo ignore como si fuese una pared de vidrio poco transparente.

Es todo cuanto puedo decirle… por ahora.

Recapacite y piénselo. Nuestra paciencia se está agotando de tanto apurar el cáliz hasta las heces sin ver la luz al final del túnel.

Ahora ha sido anfitrión de una “cumbre” donde Ud. es el menos encumbrado por servil y genuflexo ante el imperio americano, a quien autoriza para hollar nuestra patria con las sucias botas de sus sicarios, lo que ha molestado a otr@s gobernantes como Pepe, Cristina, Hugo y Dilma… y no los culpo por la inteligente decisión de desairar su convite.

Sabemos que se ha comportado como macho; pero al menos en lo que le queda de mandato, compórtese como un hombre.



Atentamente Chester Swann*





* Ex periodista, ex cantautor, ex humorista, ex poeta, ex ilustrador gráfico y ahora escritor y licenciado en Asuntos Varios.