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viernes, 3 de junio de 2011

Caroline Heck Miller, “La Malvada”

Caroline Heck Miller, “La Malvada”

ADRIANA VEGA
En MONCADA


Hablando de mujeres, y en relevancia con aquellas que han dejado en la historia una estela de luz cuya lista por fortuna sería inacabable, existe una señora que se llama Heck Miller muy diestra en el mundo judicial del sur de la Florida. Ella ha sido aspirante en dos ocasiones a juez federal y asistente del fiscal Guy Lewis durante el juicio a los Cinco Cubanos, hasta hoy falsamente acusados de espías y confinados injustamente en cárceles de Estados Unidos.
A quien esto escribe, no le agrada señalar a sus congéneres, pero hay algunas damas que merecen algo más que una detracción cuando se reflexiona sobre malignidades y fechorías.
Entre sus manifestaciones más desatinadas, esta “señora de la justicia” ha ratificado que en un caso que desvela a las sensibilidades más puras, el de los 5 cubanos, la ley se ha cumplido para proteger la seguridad nacional de Estados Unidos.
La inescrupulosa mujer desplegó siempre una voluntad ciclópea para que se condenara sin límites a Gerardo Hernández, Ramón Labañino, René González, Fernando González y Antonio Guerrero, buscando penas infames, culpándolos y ejecutándolos, cuando al unísono se negó a hacer justicia con el criminal nato Posada Carriles, autor de crímenes acabadamente probados.
Mientras Garrett-Jackson indagaba en El Paso sobre los delitos del delincuente, Heck Miller reapareció en Miami intimando compulsivamente la prórroga de solicitud de habeas corpus presentada por Gerardo Hernández, a quien había enviado a presidios estadounidenses con dos cadenas perpetuas, sin olvidarse de agregar quince años, yapa cruel sobre dos descomunales castigos. Todas estas puniciones cercaron a los Cinco con el agravante de que, simultáneamente, ella se negó a presentar cargos penales contra el chacal Posada.
Todo fue probado por la fiscal Gina Garrett-Jackson, funcionaria del Departamento de Seguridad, quien confesó bajo juramento que solicitándole a Caroline Heck-Miller que reflexionara sobre procesarlo a Posada penalmente, no se mostró interesada y por tal motivo - yo dejé de pedírselo-afirmó con claridad la otra fiscal que tenía pruebas como para juzgar al malhechor.
Carolina Heck-Miller, cuya fotografía muestra la bondad de la perversidad, funciona como una señora tímida con sonrisa bonachona mostrando aires de ingenuidad simulada, cuando es en realidad una empaladora de los patriotas cubanos al mejor estilo Vlad Teper, emperador del siglo 13 que dio tema al autor de Drácula.
Señora de “bien” que bregó y continúa con capacidad de verdugo para llevar a los Cinco a continuar confinados con largas sentencias, pese a faltar evidencias que prueben la obtención de algún documento clasificado.
En la acusación de Gerardo Hernández Nordelo, por ejemplo, se lo pena también por conspiración de homicidio en el derribo de dos aviones de Hermanos al Rescate, y no existe acreditación de que el cubano hubiera conocido el supuesto plan para precipitar las aeronaves. Sobre el avión de Barbado y Posada, de estas pruebas las hay en cantidad.
“La malvada” Heck-Miller, es nada menos la que insistió en llevar el caso a juicio, negó el traslado de la sede para que continuara en Miami, y jugó un papel clave para que los cubanos estén condenados a crueles e interminables sentencias. Relatan los presentes que durante el proceso se la vio prodigar ante la televisión y la prensa, cálidos abrazos a los familiares de los pilotos derribados el 24 de febrero de 1996 mientras violaban el espacio aéreo cubano, y asimismo mimar a otros terroristas de la organización contrarrevolucionaria Hermanos al Rescate.
Increíble, pero cierto, que ella misma haya dispuesto no presentar cargos penales contra Posada Carriles en el 2005, individuo que regentó la tremenda campaña terrorista contra Cuba y que los jóvenes aún presos intentaban detener para salvar numerosas vidas de compatriotas.
El aludido Posada Carriles tiene un prontuario abierto durante todos los días de su existencia. Nacido en Cienfuegos (Cuba), el 15 de febrero de 1928, colaboró con la policía del dictador Fulgencio Batista, a partir de 1955 y en 1959 pasó a las filas contra- revolucionarias. Miembro de la Brigada 2006, participó en la tentativa de invasión de la Bahía de los Cochinos donde ni siquiera alcanzó a desembarcar. Herido por el fracaso propio y del conjunto, fue uno de los doscientos cubanos que se incorporaron al ejército estadounidense para acceder al grado de oficial como destacados patriotas terroristas.
Reclutado por la Central Intelligence Agency y la “Compañía” se lo envió a Caracas para hacer una reforma con los servicios de inteligencia venezolanos.
Luis Posada Carriles no tiene ciudadanía estadounidense, sin embargo, pero desde las sombras alarga su cuello y clava puñales.
Con el objetivo de pasar su vejez en el “país de la libertad”, dejó atrás los países donde se escondía y hasta llegar a Miami fue asistido por traficantes de droga que pertenecían al cartel centroamericano que dirige el mafioso Otto Herrera García.
Siguió su periplo en busca de la “patria amada” y Fidel Castro denunció su presencia en USA, a la que había arribado de manera clandestina.
Pidió asilo político y su abogado alegó que su defendido favorecía los intereses de EEUU por más de cuarenta años, expresión con la que advierten que siempre trabajó, cobró y cometió delitos recibiendo órdenes del gobierno enunciado. El mafioso-asesino, jamás fue inculpado por la malvada fiscal.
La americana cometió además grandes errores notificando pruebas inexistentes y plagando el juicio de actos inadmisibles que le permitieron a la defensa sentar en el banquillo de los acusados hasta al exilio cubano.
Verdades ocultas que a pesar de los medios que callan todo o cobran para hablar en contra, se van destapando.
En tanto, los pueblos libres de Nuestra América insisten desde todas las vertientes en lograr la merecida libertad de quienes, por defender a su patria de las maldades que la acosaron desde su independencia, continúan en las peores mazmorras del sistema acorralados por la muy mala persona que es Caroline Heck Miller.
¡LOS CINCO VOLVERÁN A CUBA REVOLUCIONARIA, PESE A QUIEN LE PESE!
Buenos Aires, 3 de junio del 2011